Los hombres y las mujeres de bien hablan lenguaje común: el humanista. Y como andan siempre sumergidos en lo esencial, asumen las fronteras que tiene el mundo como simples líneas administrativas. Desde esa visión tuvo lugar un histórico encuentro entre el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y la Brigada estadounidense de Jóvenes Let Cuba Live, de la Asamblea Internacional de los Pueblos.

«Teníamos que llegar a Cuba para encontrarnos con nosotros mismos y con nuestra propia lucha», dijo el joven Manolo de los Santos, director de The People’s Forum y líder social estadounidense, quien con ideas hermosísimas moderó un intercambio de dos horas en el Salón Portocarrero del Palacio de la Revolución.

En el encuentro en el que también participaron la primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas,  Meyvis Estévez Echavarría; y el presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, Fernando González Llort, el Jefe de Estado cubano afirmó que los estudiantes estadounidenses han generado un movimiento social y político en su país «muy singular».

Ellos, dijo, son expresión de cómo en temas tan complicados pueden abrirse paso los buenos sentimientos, los de justicia, libertad y emancipación.

UNA CASA BLANCA INACCESIBLE; UNA CUBA QUE NOS RECIBE

«Estamos sumamente agradecidos al pueblo de Cuba por recibirnos en estos tiempos», aseguró Manolo de los Santos, al abrir el debate.

El joven resaltó que, a pesar de los problemas, el pueblo de Cuba no ha dejado de ser solidario, no solo con ellos, sino también con el mundo entero.

«Qué rara esta oportunidad, de jóvenes norteamericanos, de poder reunirse con un Presidente… Llevamos meses movilizándonos en Estados Unidos, demandando que nuestro Presidente nos escuche, y hoy amanecimos viendo una Casa Blanca rodeada, cercada, imposible de llegar a ella. Pero aquí llegamos a Cuba y un Presidente revolucionario, socialista, honesto, humano, nos recibe abiertamente, y quiere escuchar nuestras preguntas», reflexionó el moderador.

Díaz-Canel invitó a los presentes a preguntar y criticar «alguna cosa que consideren que está mal». Para el pueblo cubano, añadió, «va a ser muy bueno conocer cómo piensan jóvenes como ustedes».

«Esta es una nación pequeña pero muy resiliente», dijo la estudiante Celine Qussiny. Para ella el bloqueo imperial provoca que Cuba enfrente muchos problemas. Es un cerco, denunció, armado por el mismo Gobierno que ataca a Palestina.

El siguiente paso fue una primera interrogante presentada por el grupo amigo: Esta Revolución que no comienza en 1959, sino mucho antes, ¿cómo ha ido evolucionando? Los estudiantes quisieron saber al respecto, particularmente, en lo que concierne a la etapa de los últimos 60 años.

Entendiendo la envergadura de lo planteado, el Presidente Díaz-Canel dijo que la respuesta podía ser o muy larga, o muy corta, pero que él se esmeraría en darla desde un punto intermedio. Ahí comenzó un recorrido por varias etapas de la historia de la Isla, y resumió que Cuba ha ido de adversidad en adversidad, y de triunfo en triunfo, sin perder de su horizonte una convicción fidelista, heredada de todas las luchas anteriores: «Lo que no puede haber nunca es rendición».

«¡VAMOS A HACER ESE MUNDO MEJOR, MUCHACHOS!»

¿Cómo Cuba ve el proceso de liberación de Palestina?, preguntaron los estudiantes. Y ese fue el punto de partida para que el Presidente afirmara que el mundo ha despertado en este momento de la historia, a partir de la causa palestina.

Es como si reflexionó Díaz-Canel el mercado hubiese tendido una manta de idiotez sobre las sociedades. Así habló acerca de un mundo marcado por la incertidumbre, por la adversa situación climática, por las desigualdades acrecentadas luego de la COVID-19, por las guerras…

El Presidente meditó sobre cómo han muerto tantos seres humanos en tan poco tiempo. Dedicó especial atención al martirio de las mujeres y de los niños; y se preguntó en voz alta: «¿Qué puede haber en la conciencia de quienes han hecho esa guerra?».

Palestina duele, nos tiene que doler, mencionó, para aseverar que en esa tierra sus hijos están defendiendo la dignidad humana. «Creo que todo lo que hagamos por Palestina es poco».

Queremos un mundo mejor, donde haya más igualdad, un mundo más justo; ese mundo es posible, lo que hay que hacer es defenderlo. Así reflexionó el Jefe de Estado, quien añadió que al mundo se le defiende como lo hacen los cubanos día a día, a pesar del bloqueo; y como también lo hace el pueblo palestino.

«¡Vamos a hacer ese mundo mejor, muchachos!», convocó con firmeza y optimismo el mandatario.

Tomado de Periódico Granma.

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