En el marco del Aniversario 45 de la Universidad de Cienfuegos, la serie «Protagonistas» nos brinda la oportunidad de conocer a aquellos que han dejado una huella imborrable en nuestra institución. Hoy, nos adentramos en la historia de Marcos Javier Caballero González, un joven cuya pasión por el deporte y su amor por la UCf lo han convertido en un referente para todos.
Marcos recuerda con sorpresa el momento en que supo que sería parte de esta serie de crónicas. «Al principio, me sentí un poco sorprendido porque no soy parte directamente de la UCf. Pero al comprender de qué se trataba, me invadió el honor al saber que se estaba reconociendo el trabajo realizado durante mi etapa estudiantil en saludo a los 45 años de nuestra UCf», comenta con humildad.
Los recuerdos de su tiempo en la universidad son muchos y variados. «Nunca se olvidan las tardes de fútbol y el ir casi corriendo al comedor porque nos lo cerraban. Las noches de dominó y las ocurrencias cuando estábamos aburridos. Los ratos en la cafetería, riéndonos hasta de nosotros mismos», rememora con palabras que denotan nostalgia y complicidad. Pero, sin duda, lo que más atesora son las veces que representó a la UCf en varias partes del país. «A pesar de alcanzar un resultado bueno o malo, siempre me llenaba de orgullo decir que yo era de la UCf».
Para Marcos, la UCf ha sido fundamental en su vida personal y profesional. «La describiría como trascendental, pues tiene una huella imborrable. Desde los conocimientos adquiridos hasta mi forma de ser como profesional. En lo personal, la universidad me hizo ser una mejor persona, un joven sin miedos a las dificultades», afirma con convicción. Cada desafío que enfrenta en su vida diaria encuentra respuesta en algo que aprendió en la UCf.
Uno de los momentos más especiales para Marcos fue el tercer lugar alcanzado por el equipo de Béisbol 5 en las Universiadas Nacionales en Santa Clara. «Sin esperarlo, nos colamos entre los tres mejores», recuerda con orgullo. Además, su cuarto en la residencia universitaria ocupa un lugar especial en su corazón. «No solo era el espacio, sino cada uno de los que estábamos ahí, que nos conocíamos y ayudábamos en todo», dice también con nostalgia.
Entre las personas que marcaron su vida universitaria, destaca a Solangel López Cruz. «Incluso antes de entrar a la universidad, ya me estaba incluyendo en ella. Me ayudó de forma incondicional en todos los aspectos, hasta cuando no me llenaba en la comida y le tocaba darme algo de comer», relata con gratitud.
A los actuales estudiantes de la UCf, Marcos les dice: «Vivan cada día como el primero y a la vez como el último. Disfruten, estudien, diviértanse, conozcan personas y, sobre todo, siéntanse orgullosos de pertenecer a la UCf».
Finalmente, Marcos expresa su agradecimiento a la UCf por más de cinco inolvidables años. «Gracias y felicidades por los 45 años de formar excelentes profesionales y, sobre todo, excelentes personas. Gracias y felicidades, UCf».
Así, la historia de Marcos Javier Caballero González se suma a las muchas que conforman el legado de la Universidad de Cienfuegos, una institución que sigue siendo cuna de sueños y forjadora de futuros.
Elaborado por la Dirección de Comunicación Institucional, UCf