En el vibrante corazón de la Universidad de Cienfuegos, el nombre de María Magdalena López Rodríguez del Rey brilla con una luz especial. En este Aniversario 45 de la universidad, su historia de dedicación y pasión por la enseñanza se convierte en un faro de inspiración para todos.
María Magdalena se graduó en julio de 1992 como Licenciada en Educación Historia Marxismo en esta misma universidad. Lo que comenzó como algo inesperado, pronto se transformó en un compromiso de por vida. <<Compartir cátedra con aquellos profesores que me formaron y a los que siempre agradeceré porque se convirtieron en un referente de lo que yo debía lograr como profesional,>> recuerda con gratitud. Hoy, con orgullo, comparte esa misma cátedra con sus antiguos estudiantes, ahora convertidos en maestros y doctores.
Su mayor orgullo radica en haber contribuido directamente a la formación de buenos profesionales. La tutoría, una actividad fundamental que promovió con ahínco, ha sido clave en la formación de Másteres y Doctores en Ciencias Pedagógicas. Muchos de estos profesionales han ocupado u ocupan cargos de liderazgo, y continúan guiando a otros en ese camino. Sin embargo, hay un momento que destaca con especial satisfacción: la acreditación de excelencia de la carrera de Licenciatura en Pedagogía Psicología. <<Ese momento fue especial no solo por el resultado, sino por el proceso,>> dice, subrayando el trabajo colectivo y el compromiso de sus colegas.
María Magdalena cree firmemente en un sistema de valores para el docente universitario, destacando tres fundamentales: laboriosidad, honestidad y humanismo. La laboriosidad asegura la profesionalización continua; la honestidad, ser la piedra angular que permite contribuir al cambio; y el humanismo, el valor principal de todo docente. <<Hay que ser empático, pensar y sentir con y por los otros,>> enfatiza, convencida de que creer en las personas es la mejor forma de educar.
Con la vista puesta en el futuro, María Magdalena sueña con ver a la Universidad de Cienfuegos alcanzando la excelencia. Reconoce que aún queda mucho por hacer, pero asegura que vale la pena trabajar para lograrlo. <<Es la mejor forma de honrar a los fundadores, visionarios que apreciaron la importancia de que Cienfuegos tuviera una universidad,>> afirma con determinación.
La gratitud para ella es una expresión de respeto y cariño. Agradece a sus profesores, a sus estudiantes, y a sus compañeros de departamento de Pedagogía Psicología. <<Cada uno de ellos ha dejado una parte de sí en mi vida y me ha contribuido a ser mejor,>> dice con humildad.
En este 45 aniversario, su mensaje es claro y motivador: <<Sigamos trabajando unidos por nuestros objetivos institucionales, por el desarrollo del territorio y del país.>> Con las palabras de Martí en su corazón, María Magdalena nos inspira a servir más y a aspirar a un futuro aún más brillante para la Universidad de Cienfuegos.
“La vida debe ser diaria, movible y útil…
Si de algo serví antes de ahora, ya no me acuerdo:
lo que quiero es servir más”.
Elaborado por la Dirección de Comunicación Institucional. UCf.

