En un rincón del Caribe cubano, donde el mar susurra historias de esfuerzo y dedicación, se erige la Universidad de Cienfuegos, un faro de conocimiento que ha iluminado el camino de generaciones. Este año, celebramos con orgullo su Aniversario 45, y en cada rincón de sus pasillos resuena la voz de aquellos que, como Víctor Millo Carmenate, han tejido la historia de esta institución con hilos de pasión, compromiso y amor por la enseñanza.
Millo llegó a esta casa de altos de estudios hace más de 42 años, recién graduado como Ingeniero en Transporte Automotor. Recuerda con nostalgia los días en que las actuales instalaciones apenas comenzaban a tomar forma, y su única familia en Cienfuegos eran sus compañeros de trabajo, un grupo diverso que se convertiría en su soporte y su inspiración. <<Chiqui, Saborido, El Pello, Goyo (EPD), Albertico, Argelio, Palomino, Peña, Enio, Fernando, Jesús (EPD), Cañedo, Tony, Lino, La Negra, Sonia. Después comenzaron a incorporase nuestros graduados Aramis, Padrón, Julito, Rogelio, Gabriel y más adelante, Frank, Justo, Obregón, Cabello, Cogollos, (mis disculpas si olvido alguien)>>, menciona con cariño, como si cada nombre evocara un recuerdo entrañable. Juntos, forjaron una generación de ingenieros que no solo se educaron, sino que también aprendieron lo que significa ser parte de una comunidad.
La Universidad de Cienfuegos ha sido más que un lugar de trabajo para Millo; ha sido su vida misma. En sus palabras se siente el latido de una institución que no solo forma profesionales, sino ciudadanos comprometidos con su entorno. <<Me ayudaron a entender qué es ser un profesor universitario>>, dice, agradeciendo a aquellos maestros que dejaron huella en su formación. La enseñanza no es solo una profesión; es una vocación que trasciende el aula y se convierte en un legado.
A lo largo de su trayectoria, Millo ha vivido momentos inolvidables. Desde participar en la batalla de ideas liderada por el Comandante en Jefe hasta su misión internacionalista en Jamaica, cada experiencia ha enriquecido su vida y su visión del mundo. Su deseo es claro: <<Me gustaría ver en el 50 Aniversario una universidad llena de alegría e innovación>>. Un espacio donde los sueños de estudiantes y profesores se entrelacen para construir un futuro mejor.
En este 45 aniversario, celebramos no solo los logros académicos y profesionales, sino también el espíritu indomable de una comunidad que se aferra a sus valores. La Universidad de Cienfuegos es un símbolo de esperanza, un lugar donde se forman no solo expertos en diversas disciplinas, sino también seres humanos íntegros que luchan por un mundo sin guerras ni desigualdades.
La historia de Víctor Millo Carmenate es la historia de muchos otros que han pasado por estas aulas. Es un testimonio del impacto que puede tener una institución en la vida de las personas y en la sociedad. Al mirar hacia el futuro, sueña con un regreso a sus raíces: <<Si nacer dentro de 155 años fuera una opción, me gustaría hacerlo aquí>>. En sus palabras se refleja el amor por su tierra y por la universidad que le ha dado tanto.
Hoy, al celebrar estos 45 años, extendemos nuestras felicitaciones a toda la familia UCf y a cada cienfueguero que siente orgullo por esta casa de estudios. Que el camino recorrido sea solo el inicio de una travesía llena de logros y sueños cumplidos. Que cada pasillo siga resonando con risas y conversaciones apasionadas, y que cada rincón siga siendo testigo del compromiso inquebrantable por un futuro mejor. Porque en la Universidad de Cienfuegos, cada historia cuenta, y cada protagonista deja una huella imborrable.
Elaborado por la Dirección de Comunicación Institucional. UCf.