Han transcurrido 10 años y, difícilmente, podré olvidar ese 17 de diciembre de 2014. Sesionaban las comisiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular en el Palacio de las Convenciones y el habitual debate se vio un tanto “alterado” por un comentario que corría de una sala a otra: ¡Volvieron Los Cinco! Y muy pronto tuvimos la confirmación, al ser convocados al salón principal.

Ha transcurrido una década desde que fuera hecho el anuncio por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, entonces primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y la emoción de ver una certeza confirmada se hace presente con la misma nitidez y calado humano.

Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar y Antonio Guerrero Rodríguez, arribaron ese día a la Patria; antes lo habían hecho René González Sehwerert y Fernando González Llort.

Ellos dejaron de ser individualidades para convertirse en Los Cinco, un símbolo del amor por Cuba, de la entereza y la dignidad humana. ¿Su delito? Alertar de acciones violentas impulsadas desde Florida contra Cuba por grupos terroristas.

                                                                                                                   

La historia es conocida: fueron arrestados por las autoridades de Estados Unidos en 1998 y sentenciados a desproporcionadas penas, en un proceso amañado.

La solidaridad no se hizo esperar; dentro y fuera de Cuba miles de voces y muchísimas acciones tuvieron lugar para exigir su liberación y retorno a Cuba. El pueblo devino familia extensiva para levantar su voz en función de que fueran atendidas las razones de nuestro archipiélago para defenderse del terrorismo y otros procederes, cuyos propósitos han sido borrarnos de la tierra.

El camino no fue fácil; cómo podría serlo, si Los Cinco se convirtieron en la prueba fehaciente de la imperiosa necesidad de ponernos a salvo de la muerte. Mas Cuba no cejó en el empeño de conseguir la libertad de Gerardo, Antonio, René, Ramón y Fernando y 16 años después de su encarcelamiento volvieron al suelo que los vio nacer.

Fidel, nuestro siempre lúcido y preclaro líder indiscutible, lo sentenció en una de las Tribunas Abiertas convocadas por la liberación de Los Cinco: ¡Volverán! –aseguró. Esa afirmación resultó certeza que nos llenó de orgullo y alegría a todos.

Volvieron Los Cinco y junto al abrazo de su familia, llegaron las muestras de cariño de su pueblo.

¡Volverán! dijo Fidel y él vivió para verlos regresar dignos, entregados a Cuba.

Han pasado 10 años de ese momento, otro de los muchos colosales que atesora la patria. Esa jornada histórica confirmó que el empeño de todo un pueblo siempre será cumplido.

Volvieron René, Ramón, Gerardo, Antonio y Fernando y aquí están, en su Cuba, asumiendo diversas responsabilidades y siendo la muestra viva de la entereza y la dignidad humana.

Tomado de Periódico 5 de Septiembre

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