El doctor en Ciencias Eulogio Pimentel Vázquez, vicepresidente de BioCubaFarma, comentó en el espacio Mesa Redonda que al cierre de julio y primeros días de agosto, estaríamos completando estos grupos, que suman aproximadamente cuatro millones, para comenzar en agosto con un promedio de seis millones y así hasta ver un horizonte alrededor de septiembre
En este momento hay en Cuba más de 90 000 personas en ensayos clínicos fase III. Ya comenzó con 150 000 sujetos en La Habana el estudio de intervención, entre ellos más de 70 000 trabajadores de la salud y la ciencia, y se comenzará con otros 120 000 en Santiago de Cuba, Granma y Guantánamo, a los que se sumarán luego los de todo el país, para un total de 490 000.
Se unirá un gran estudio de intervención poblacional en 1.7 millones de personas en La Habana. Más tarde, si están autorizados en uso de emergencia, esos estudios de intervención continuarán por estratos para todo el país, y para agosto se espera estén vacunados unos seis millones de cubanos y que antes de que finalice 2021, toda la población cubana esté vacunada.
“En Cuba las cosas no se improvisan. Hablamos de mucha ciencia desde una estrategia del Minsap para inmunizar a toda la población cubana. Hasta que la entidad reguladora no certifica su uso de emergencia o registro, se habla siempre de candidatos vacunales.
“Decir industria en otros países es un término peyorativo, es ese sector enfocado en generar productos para tener ingresos. Nosotros no dejamos de ser una industria para producir las 13 vacunas de nuestro programa de inmunización. Pero también existe una interacción profunda entre empresas y el Ministerio de Salud Pública, algo muy singular que ocurre en nuestro país.
“A BioCubaFarma le ha tocado diseñar la estrategia del desarrollo de vacunas contra el SARS-CoV-2, desde la dimensión de la idea científica y los estudios preclinicos, hasta el desarrollo regulatorio y clínico”.
Explicó que los candidatos vacunales en los que Cuba trabaja hoy son de subunidad proteica.
“En el caso del Instituto Finlay de Vacunas y el Centro de Inmunología Molecular se apostó por insertar esta información genética en células de ovario de hámster chino, células complejas, de mamífero, capaces de producir proteínas muy parecidas a las que el ser humano produce.
“Es una tecnología realmente de Primer Mundo. Tener la capacidad de fermentar células de mamíferos y hacer que estas produzcan la proteína de interés farmacéutico, en este caso la proteína de unión al receptor, es propio de países del Primer Mundo. Cuba, y en este caso el CIM, tienen experiencia de años utilizando esta tecnología”, destacó.
Es decir −dijo−, la apuesta del Instituto Finlay de Vacunas fue insertar ese pedazo de información genética en células de mamífero, evolutivamente cercanas a las que el virus produce en las propias células del hombre.
Entretanto, la apuesta del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) fue insertar esa información genética en un organismo evolutivamente mucho menos desarrollado, un microorganismo unicelular, en este caso la levadura Pichia pastoris, pero que por estar tan alejado evolutivamente del ser humano también genera una proteína que puede ser más reconocida como extraña por el sistema inmune.
“Ambas estrategias han demostrado ser válidas. El diseño estratégico de BioCubaFarma estuvo en hacer que las mismas instituciones no transitaran en términos de recursos y tecnológicos por las mismas rutas.
“La competencia que pudiera existir entre nuestras instituciones es obtener el candidato más eficaz posible. Pero no para competir entre ellas, sino para lograr el impacto y con la meta de lograrlo lo antes posible”, destacó.
“En esto están el Instituto Finlay de Vacunas, que diseñó el concepto y lidera el desarrollo del proyecto; el CIM, con su saber hacer en la producción de proteínas o subunidades proteicas, y el Centro de Biopreparados (Biocen), con un saber hacer de 30 años en la formulación, llenado y envase de vacunas”.
Toda la estrategia productiva e industrial de Soberana 01, Soberana 02 y Soberana Plus −precisó− pasa por una ruta tecnológica que no interfiere con los candidatos Abdala y Mambisa.
Hablando de estos dos últimos candidatos, señaló que el CIGB fue el gestor y es el coordinador que gerencia el proyecto en toda su dimensión. “Su interacción con los laboratorios Aica también se ha fortalecido”.
La ruta productiva para Abdala y Mambisa −recalcó− no interfiere en lo absoluto con las de los candidatos Soberana. “Nos encontramos ante la posibilidad única de Cuba de una intervención en La Habana, con un diseño de protocolo esencialmente realizado por el Finlay, donde se inserta perfectamente el otro candidato vacunal, Abdala, y donde no hay competencia desde el punto de vista de qué candidato avanza más rápido, sino en la velocidad con que podamos inmunizar a los grupos de riesgo”.
Para los candidatos vacunales Soberana, en el CIM empieza el proceso de la proteína viral, utilizado como antígeno, en fermentadores a escala industrial. En el Instituto Finlay ocurre un proceso de conjugación química, “una particularidad que no ocurre en muchos países del mundo, la capacidad de este centro de combinar las ciencias biológicas, biotecnológicas, con la capacidad de síntesis química.
“La proteína que se genera y purifica en el CIM, se conjuga químicamente en el Instituto Finlay a un adyuvante molecular, el toxoide tetánico, y se crea el ingrediente farmacéutico activo. Luego, en el Biocen ocurre la formulación, llenado y envase, con estándares de buenas prácticas del mundo”.
En el caso de los candidatos Mambisa y Abdala, la etapa de fermentación y recobrado ocurre en el CIGB, así como las cromatografías y ultrafiltraciones, hasta obtener el ingrediente farmacéutico activo, y en los laboratorios Aica se formula y se llena.
“Ambos procesos tecnológicos, en esencia, están llegando a la escala máxima desde el punto de vista industrial”, precisó el vicepresidente de BioCubaFarma.
Se refirió al paso hace unos días de la caravana que llevó el candidato vacunal Abdala a las provincias orientales. “En Taguasco (centro del país) salió el pueblo a aplaudir a los carros de Encomed, operador logístico de BioCubaFarma, algo que me quebró la voz cuando me lo dijeron. Esto es consecuencia de lo que somos”.
Explicó que existe una estructura y diseño de producción de turnos de 24 horas consecutivos. “Esto nos permite asegurar que para agosto habrá suficientes inventarios de dosis que permitan cumplir todo el programa diseñado y, además, productos para abordar todas las colaboraciones que como país se establezcan con otros países y regiones.
“Confíen en que hay un desvelo constante en lograr asegurar desde la dimensión productiva estos programas y la estrategia de inmunización del país”, concluyó.
Abdala es una molécula modelada en nuestro laboratorio
La doctora en Ciencias Marta Ayala Ávila, directora general del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), se refirió a los 35 años que ya cumple esa institución científica y recordó las palabras del Comandante en Jefe Fidel Castro cuando expresó: “El centro es grande, pero yo espero que sean grandes también los resultados científicos que se obtengan”.
“Traemos estos resultados hoy con profunda emoción”, dijo la experta y destacó que son resultado de la voluntad política de la Revolución.
“El nombre Abdala no es casualidad, como no lo son Soberana y Mambisa. Abdala hace alusión al poema épico de José Martí, y es justamente una batalla épica la que libramos hoy para combatir la COVID-19. Cuando nos anunciaban que la fase III del estudio clínico estaba próximo a ser aprobada, repasábamos esta estrofa en particular:
¡Por fin potente mi robusto brazo
Puede blandir la dura cimitarra,
Y mi noble corcel volar ya puede
Ligero entre el fragor de la batalla!
“Ese robusto brazo es Cuba, esa cimitarra o espada son las vacunas, todo lo que hacemos minuto a minuto sin detenernos, tanto los científicos en los laboratorios, los tecnólogos en las plantas y los especialistas clínicos como los decisores planeando toda esta estrategia.
“Abdala es una molécula modelada en nuestro laboratorio, por nuestros bioinformáticos. Nuestras plantas no tienen que envidiarle a las grandes compañías, y estos diseños y modelaciones que hacemos de moléculas están a la altura de la bioinformática en el mundo”, señaló.
Señaló que esta molécula es el dominio de unión al receptor RBD, que proporciona anticuerpos neutralizantes contra el SARS-CoV-2 y se expresa en la levadura de Pichia pastoris, una tecnología ampliamente dominada y utilizada por el CIGB.
Ayala Ávila puso como ejemplo la vacuna contra la hepatitis B, con más de 25 años de utilización en el sistema nacional de salud y que se produce también con esta tecnología.
También −dijo−, la molécula tiene modificaciones que la alejan inmunológicamente del ser humano y la hace posiblemente más extraña, lo que puede estar asociado a los resultados que en términos de inmunología se están obteniendo en los individuos que están siendo inmunizados de manera voluntaria.
Esta proteína se une a un adyuvante inmunológico muy conocido, el hidróxido de aluminio, que se emplea en muchas vacunas ya probadas y utilizadas ampliamente en humanos. “La unión de estos dos componentes es lo que hace que tengamos este candidato vacunal, el cual se administra por la vía intramuscular”, destacó Ayala Ávila.
Abdala ha sido desarrollada por el CIGB y en colaboración con los Laboratorios Aica hemos logrado convertirla en ese bulbo que hoy podemos apreciar, remarcó.
¿Cómo marcha el desarrollo clínico del candidato vacunal Abdala?
De acuerdo con la directora general del CIGB, en diciembre de 2020 se comenzó el estudio fase I/II de este candidato vacunal y en marzo de 2021 ya se iniciaba el ensayo fase III.
“Aunque estamos en pandemia y ello implica que el tiempo apremie y se acorte, todo lo que hemos estado haciendo desde el punto de vista regulatorio ha tenido el acompañamiento de la agencia reguladora cubana, el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed) y del Centro Nacional Coordinador de Ensayos Clínicos (Cencec). Hemos estado al nivel de cómo se han estado moviendo en el mundo las normativas en términos del desarrollo de vacunas contra la COVID-19”, comentó.
Señaló que como parte del desarrollo clínico de este candidato vacunal, se estarán trabajando también los estudios de intervención en personal de riesgo y de salud, y Abdala participará en el próximo estudio de intervención en La Habana, que metodológicamente han estado diseñando el Instituto Finlay de Vacunas y especialistas del Ministerio de Salud Pública.
Respecto a los resultados de los ensayos fase I y II que midieron la seguridad e inmunogenicidad del candidato vacunal Abdala, la directora general del CIGB comentó que este resultó ser seguro y bien tolerado.
“Esto era un elemento que podíamos prever, porque estamos trabajando con una tecnología muy segura, proteínas recombinantes, pero es algo que teníamos que demostrar con los estudios clínicos de rigor”.
Comentó que el candidato Abdala se ubicó en su ensayo clínico fase I en el hospital Saturnino Lora, de Santiago de Cuba. En ese momento se incluyeron 132 individuos entre los 19-54 años “que ya han sido vacunados y su respuesta inmune y su seguridad evaluadas. Se demostró que desarrollaron anticuerpos específicos contra el RBD o dominio de unión al receptor, que son capaces de bloquear la unión del receptor y esta proteína, y además son neutralizantes”.
El estudio fase I dio paso a que en febrero de 2021 comenzara el ensayo clínico fase II de Abdala, que amplió la muestra a 660 voluntarios y aumentó el rango de edad desde 19 hasta 80 años, “lo cual permite evaluar la inmunogenicidad y seguridad en estos grupos y nos coloca en una posición favorable para proyectar los estudios de intervención”, dijo la experta.
“El estudio fase II sigue caminando y en el primer corte que se realizó, el pasado 15 de marzo, con los primeros individuos que completaron el esquema de inmunización y ya tenían los 14 días después de la última dosis, los resultados fueron muy alentadores.
“Seguimos confirmando que la respuesta inmune está presente de manera importante, que esa respuesta inmune es funcional y que la vacuna sigue siendo segura. Estos elementos, junto a otros relacionados con las exigencias de la autoridad reguladora, nos permitieron que el 18 de marzo pudiésemos presentar al Cecmed el protocolo de ensayo clínico fase III para la evaluación de la eficacia vacunal.
“Este es un estudio multicéntrico, controlado con placebo, aleatorizado y a doble ciegas, que incorpora la variable de eficacia, habiendo transitado por las restantes fases y acumulado evidencias de seguridad e inmunogenicidad, si bien estas dos últimas se continúan evaluando”, explicó.
Este lunes 22 arrancó ese ensayo, con la inmunización de los primeros individuos en las provincias seleccionadas de la región oriental del país.
“Son dos inmunizaciones, separadas por 14 días, y a partir del día 41 se comienza a evaluar la eficacia, que está basada en la aparición de individuos con sintomatología asociada a la infección por COVID-19. Es un gran reto. Se han organizado 20 sitios clínicos, en los municipios Santiago de Cuba, Guantánamo y Bayamo, con 46 estaciones de vacunación, en las que se han respetado de manera estricta los flujos que establecen este tipo de estudio y los procedimientos.
“Hemos logrado incorporar al desarrollo del estudio a nuestras autoridades y a los estudiantes de Ciencias Médicas que están participando de manera noble”, dijo.
“Cuando empezamos a trabajar en varios candidatos vacunales, no estábamos errados: no íbamos a esperar a que uno no funcionara o fallara para volver atrás. Ello nos da una fortaleza, porque estos candidatos pueden estar dirigidos a diferentes grupos poblacionales, pueden ser combinados entre ellos o ser utilizados para dosis de refuerzo, y esto nos puede poner en una mejor posición ante retos como la aparición de variantes o cepas mutantes del virus. No estábamos en mal camino cuando dijimos ‘adelante con todos’”, resaltó.
Ayala Ávila insistió en que empezar a inmunizarnos, ya sea en los estudios clínicos o de intervención, “nos obliga a ser más responsables, porque ahora somos más las personas que vamos a participar de los mismos, por lo que es esencial continuar con las medidas higiénico-sanitarias como el uso del nasobuco, el lavado de manos y el distanciamiento físico”.
Vicente Vérez: “El camino es largo aun, pero podemos sentirnos orgullosos y contentos”
Al decir del Dr. C. Vicente Vérez Bencomo, Director General del Instituto Finlay de Vacunas, el país ha avanzado un largo camino en el desarrollo de vacunas, aunque todavía falta mucho por recorrer. No obstante, los resultados de los distintos candidatos muestran alentadores resultados de seguridad.
“Especialmente en el caso de Soberana 02 durante la fase II de su ensayo clínico se puso de manifiesto cómo eleva la respuesta inmune en un mayor número de población”, apuntó.
De acuerdo al científico, los candidatos vacunales enfocan su acción hacia dos objetivos: evitar la infección —efectos causados por el virus— y la enfermedad —el contagio en sí—. Si impide la enfermedad tendrá un efecto directo, pero si controla la infección será uno indirecto. “Una vacuna puede originar una respuesta inmune para reducir una de esas dos cuestiones, pero lo que buscamos es relacionarlas, sobre todo con Soberana 02.”
Vérez Bencomo resaltó la ampliación a las edades entre 19 y 80 años para la fase III del ensayo con Soberana 02, mientras reconoció el aporte de los voluntarios que han tomado parte en cada etapa del proceso. A su vez, también destacó la vinculación con decenas de entidades del país para conseguir los actuales resultados con el fármaco.
Sobre los proyectos de las próximas semanas el Director General del Instituto Finlay de Vacunas comentó sobre un estudio en edades entre los cinco y los 18 años, así como la fase II del ensayo de Soberana Plus. De igual manera, mencionó la fase II seguida de un estudio de intervención con Soberana 01. Para ello ya se encuentran en producción los lotes a utilizar en la provincia de Cienfuegos, el territorio que acogerá esta investigación.
Por otra parte, sobre la fase III del ensayo con Soberana 02 en La Habana, el científico confirmó que este martes debe cerrar con 22 mil personas vacunadas con la primera dosis. Esa cantidad representa la mitad de los voluntarios previstos. “Durante estos días hemos visto una afluencia de la población, unida a los deseos de trabajador del personal de salud, vitales para ejecutar un proyecto que necesita exquisitez en su diseño y en su ejecución”.
El Dr. C. Vicente Vélez explicó que con datos obtenidos en las fases previas permitió comenzar un estudio de intervención en una mayor cantidad de personas. Según dijo, esto permite probar la eficacia de la vacuna en un escenario con una incidencia variable del virus, de forma tal que en caso de una baja presencia de la COVID-19 también se pueda identificar la efectividad y el impacto del candidato vacunal.
Finalmente, el investigador recordó el impacto de Fidel en el desarrollo de la biotecnología cubana. “Más que una vacuna, hablamos de un país, el que Fidel construyó y el que tenemos la obligación de defender. Los que hemos hecho es aplicar sus enseñanzas y su espíritu. El camino que nos queda es largo aun, pero podemos sentirnos orgullosos y contentos”.