Para muchos pudiera parecer increíble o absurdo que en este 2021 una casa de altos estudios como la Universidad de Cienfuegos “Carlos Rafael Rodríguez” (UCf), acoja en sus dos sedes a cientos de personas que son sospechosos de portar una de las enfermedades más letales que ha conocido la humanidad: la COVID – 19. Y si a ello agregamos que son precisamente sus profesores, estudiantes y trabajadores quienes se encargan de atender a estos pacientes y garantizar sus condiciones, el asombro sería mucho mayor.

Pero en Cuba, Isla que tiene como prioridad mayor el bienestar de su gente, es esta la realidad que viven hoy sus universidades, esas que mantienen activo su proceso docente y, a la vez, se convierten en Centros de Aislamiento, ante un rebrote de la pandemia.

Tal es el caso del alma mater cienfueguera, institución que inició el mes de abril con las residencias estudiantiles de sus dos campus, habilitadas para recibir a pacientes contactos de casos confirmados en la provincia.

Ha sido un reto, sin dudas, para la UCf y sus directivos, quienes en tiempo récord han organizado un sistema de trabajo que permite asegurar todos los procesos en función de la mejor atención a las personas hospitalizadas en la universidad. Actualmente se requieren un total de cincuenta voluntarios semanales en ambos campus, y alrededor de sesenta personas de las áreas de servicio.

“Estamos ante un nuevo escenario y completamente distinto a lo que hacemos a diario. Conlleva un sistema de alimentación para más de mil comensales diarios, con dieta incluida para niños y personas de la tercera edad. Garantizamos también la movilidad del personal de servicio de ambas sedes, custodios, así como de los voluntarios que son trabajadores y alumnos nuestros. Y, por supuesto, la limpieza y desinfección de todas las áreas. Es una responsabilidad sumamente alta brindar todas estas condiciones a casi cuatrocientas personas que actualmente conviven en las residencias de la UCf”, argumenta el joven Director General de Servicios Universitarios, MSc. Yusniel Tartabull Contreras.

A todo este panorama se suma que no han dejado de funcionar los principales procesos universitarios: Economía, Recursos Humanos, Mantenimiento e Inversiones, Relaciones Internacionales, etc. “No hemos descuidado la atención diferenciada a los estudiantes extranjeros que conviven en la Sede Central de la universidad, cuya seguridad también nos concierne”, agregó Tartabull Contreras.

Por su parte, el MSc. Gilberto González Hernández, Director General de Logística, se halla más familiarizado con sus nuevas funciones desde que en el mes de marzo del pasado año se habilitara por vez primera un Centro de Aislamiento en la sede “Conrado Benítez García”. Hoy, la realidad pudiera tornarse abrumadora, pues ambas residencias se hallan a su máxima capacidad, pero las alternativas y soluciones que buscan estos directivos alivian, cuando algo parece imposible.

“El principal desafío ha estado en combinar la convicción de que la tarea hay que cumplirla, y enfrentarse a la incertidumbre de nuestra comunidad universitaria ante lo desconocido, ante el peligro inminente. Es muy difícil convencer e inspirar tranquilidad al mismo tiempo, pero la respuesta de nuestra gente ha sido impresionante”, comenta este profesor universitario devenido en máximo responsable de los centros de aislamiento en la institución”.

Así transcurre la cotidianidad en #MiCasaUCf, lejos del bullicio de alumnos y aulas, pero cercana a las cusas más humanas y nobles que enaltecen las universidades cubanas por estos días.

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