Fue el mejor estudiante de Derecho de su año, y para el final de la carrera hubo de ostentar con 31 premios ordinarios y 4 extraordinarios. Antes, con apenas 17, se incorporó a las luchas clandestinas a través del Directorio Revolucionario; pasó luego al Ala Izquierda Estudiantil y durante la época universitaria lideró cuantas huelgas le fue posible. 

Carlos Rafael Rodríguez, no solo fue un hombre de gigante pensamiento, sino un protagonista pleno en la lucha contra los gobiernos de turno en la Cuba Neocolonial.

Nació en Cienfuegos hace ciento ocho años, el día 23 de mayo del año 1913; a la edad de 18 años comenzó a hacer suyas las ideas comunistas, leyendo a Lenin y a otros clásicos marxistas.

Pasó sus años de estudios primarios en su ciudad natal, en el colegio Montserrat perteneciente a la orden de los Jesuitas y sus estudios secundarios en una escuela perteneciente a los Hermanos Maristas.

Al ingresar en la Universidad de La Habana terminó en cuatro años los estudios de Derecho y de Ciencias Políticas, Sociales y Económicas, siendo el primer expediente de su curso con calificaciones de sobresaliente en todas las asignaturas, por lo que recibió el Premio González Lanusa in Memórian, al mejor estudiante de Derecho.

En 1931, integrando el Directorio Estudiantil en Cienfuegos, sufrió su primera prisión durante la lucha contra Gerardo Machado. Formó parte del triunvirato que ocupó la alcaldía de Cienfuegos al ser depuesto como Presidente de la República Carlos Manuel de Céspedes, tras los hechos del 4 de septiembre de 1933.

En 1935 ingresó formalmente en el Partido Comunista, del cual llegó a convertirse en uno de sus dirigentes más connotados.

En 1956, desde la más profunda clandestinidad y a través de la también clandestina revista Mensajes, Carlos Rafael Rodríguez, dando muestras de una intuición política denunciaba el objetivo norteamericano para la Cuba de aquellos momentos de, conjuntamente con el despojo a las riquezas nacionales, destruir la cultura nacional. En ese artículo proponía las vías a través de las cuales se podía frustrar la pretensión del Norte y llegar a lo universal sin perder el carácter propio.

Su accionar después del triunfo de la Revolución fue diverso y fecundo. En 1959 fue nombrado director del Periódico Hoy. En 1961 es fundador y primer director de la Escuela de Economía de la Universidad de La Habana, que le otorgó en 1983 el título de Doctor Honoris Causa.

En 1962 fue designado Presidente del Instituto Nacional de Reforma Agraria. Miembro de la Dirección Nacional del Partido Unido de la Revolución Socialista (PURS) en 1965.

En el Primer Congreso del Partido en diciembre de 1975 fue elegido miembro del Comité Central e integró su Buró Político.

Miembro de la Asamblea Nacional del Poder Popular electo por Cienfuegos desde su creación en 1976.

En 1967 fue nombrado Presidente de la Comisión Nacional de Colaboración Económica y Científico-técnica asumiendo conjuntamente esta actividad con la de Representante de Cuba ante el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), a partir de su ingreso en 1972.

Debido a su experiencia y capacidad en 1976 fue designado Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros atendiendo el Sector Exterior conformado por los Ministerios de Relaciones Exteriores, el Comité Estatal de Colaboración Económica, el Banco Nacional de Cuba y la Secretaría para Asuntos del CAME.

El trabajo de Carlos Rafael estuvo enfilado hacia las polémicas surgidas en las diferentes ramas de la económica, la política y la filosofía en el proceso revolucionario cubano, en otras palabras, preparaba a cada trabajador con argumentos necesarios para defender la obra de la revolución.

Carlos Rafael no fue solo un estudioso y divulgador de la obra de los clásicos del marxismo, fue un constante previsor de los peligros que provienen del norte revuelto y brutal.

Fue Carlos Rafael Rodríguez el pionero de nuestros economistas en plantear el desarrollo como un proceso tendente a incrementar el bienestar de la comunidad, mediante el establecimiento de actividades económicas y socioculturales utilizando de forma racional y sostenible los propios recursos humanos y materiales.

Al referirse a la integralidad de Carlos Rafael como pensador Salvador Bueno escribió: … en las diferentes formas que manifestó su talento no utilizaba ambigüedades. En ese empeño aprendió la eficacia del adjetivo imprescindible, de la frase que no diera pie a equívocos poco recomendables. Armado eso sí, de una cultura que hoy nos pide que alcancemos, aprendió muy pronto que debía disponer de todo un mosaico de posibilidades expresivas y un atesorado conocimiento de diversas disciplinas.

En mayo de 1997 recibió, impuesta por Fidel, la Orden Nacional José Martí que otorga el Consejo de Estado y de Ministro, ese mismo año, el 8 de diciembre falleció aquel hombre ejemplar, al que Armando Hart calificó como: UNO DE LOS GRANDES HUMANISTAS CUBANOS DEL SIGLO XX.

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