En la sociedad contemporánea, muchas mujeres enfrentan la doble labor de desempeñarse como profesionales y, al mismo tiempo, como madres. Esta dualidad es particularmente evidente en el caso de las profesoras universitarias, quienes deben equilibrar las responsabilidades académicas con las tareas familiares. La relación entre el trabajo del profesor universitario y la labor de ser madre revela una serie de similitudes, desafíos y valores que enriquecen su desempeño en ambos roles.
Responsabilidad y compromiso
Tanto como docentes universitarias como madres, estas mujeres asumen roles de gran responsabilidad. En el ámbito académico, su compromiso implica preparar clases, investigar, asesorar a estudiantes y contribuir al avance del conocimiento. Como madres, su responsabilidad se centra en cuidar, educar y brindar apoyo emocional a sus hijos. Ambos roles exigen dedicación, paciencia y una profunda vocación, ya que en ambos contextos se busca formar y sostener un futuro mejor, ya sea a través de la educación formal o del cuidado y formación de una vida.
Paciencia y empatía
La paciencia es una cualidad fundamental en ambos roles. Un profesor universitario debe ser paciente para explicar conceptos complejos y guiar a sus estudiantes en su proceso de aprendizaje. De igual modo, una madre debe ser paciente ante las dificultades y errores de sus hijos, acompañándolos en su crecimiento. La empatía también es esencial, pues permite comprender las necesidades y emociones de los estudiantes y de los hijos, creando un ambiente de confianza y respeto mutuo.
Organización y gestión del tiempo
La gestión del tiempo es un desafío constante para quienes desempeñan ambos roles. La planificación eficiente, la priorización de tareas y la capacidad de adaptarse a imprevistos son habilidades vitales. Una profesora universitaria que también es madre debe dividir su tiempo entre preparar clases, asistir a reuniones, evaluar trabajos y, al mismo tiempo, atender las necesidades diarias de su familia. La capacidad de organizarse permite cumplir con ambas funciones sin descuidar ninguna de ellas.
Valores compartidos y formación integral
Ambos roles promueven valores como la ética, la responsabilidad, la dedicación y el amor. La experiencia como madre enriquece la práctica docente, ya que favorece una mirada más humana y comprensiva hacia los estudiantes. Igualmente, la labor académica puede influir positivamente en la crianza, al transmitir conocimientos y valores que contribuyen a la formación integral de los hijos.
La relación entre el trabajo del profesor universitario y la labor de ser madre refleja una simbiosis de responsabilidades y aprendizajes. Ambas funciones demandan compromiso, paciencia, organización y una profunda vocación de servicio y cuidado. Reconocer y valorar esta doble labor es fundamental para promover ambientes laborales y sociales que apoyen a las mujeres en su doble rol, fomentando un equilibrio que beneficie tanto su desarrollo profesional como personal. Al fin y al cabo, el trabajo de educar y criar no solo moldea vidas, sino que también enriquece y fortalece a quienes ejercen estos roles día a día.
Es por eso que hoy nos complace homenajear a todas las madres de nuestra Universidad de Cienfuegos con un hermoso poema que refleja la grandeza de esas manos que, como las de nuestras queridas profesionales, llevan amor, entrega y dedicación:
“Manos de Madre”
No son manos de seda, ni de fina porcelana,
son manos curtidas, por la vida temprana.
Manos que labran, que cuidan, que alimentan,
que sostienen un mundo, cuando el alma se lamenta.
Son manos que calman, el llanto en la noche oscura,
que arrullan con ternura, disipando la duda.
Manos que enseñan, a dar los primeros pasos,
y a enfrentar el destino, sin miedos ni retrasos.
Son manos que curan, las heridas del alma,
con besos y caricias, que infunden dulce calma.
Manos que abrazan fuerte, protegiendo del frío,
y que dan sin medida, un amor sin desvío.
No importa la edad, ni el tiempo que ha pasado,
siempre estarán presentes, guiándonos a su lado.
Porque en cada arruga, se esconde una historia,
de lucha, de entrega, de inmensa gloria.
Hoy celebramos, esas manos divinas,
que nos dieron la vida, y nos marcan las líneas.
Madre, tu amor es un faro, en la inmensidad del mar,
un tesoro infinito, que siempre vamos a amar.
Gracias por ser esa mano amorosa, esa guía incansable, esa maestra que enseña con el corazón. ¡Feliz día de las madres Profe!
Elaborado por Dirección de Comunicación. UCf