El año 2020 ha sido único. Desde su inicio estuvo marcado por acontecimientos distintivos que hicieron que muchos nos preguntáramos si sería un buen año. Luego presenciamos cómo una enfermedad se convertía en pandemia de manera acelerada, y mirábamos incrédulos ante la posibilidad de que pudiera llegar a nuestra Isla, y llegó. Múltiples fueron los retos que tuvo que enfrentar nuestra Isla y en ella las universidades cubanas no fueron la excepción.

Comenzaron a aparecer casos en la ciudad de Cienfuegos y se tomó la decisión de crear un Centro de Aislamiento en nuestra institución. Fue entonces cuando los trabajadores de nuestra UCf llegaron a una sede “Conrado Benítez” diferente. El ajetreo habitual de sus aulas estaba ausente, se había sustituido por el silencio, el cuidado y la prevención.

A pesar de los temores, desconocimientos y dudas, muchos de ellos no lo pensaron dos veces y ahí estaban, limpiando, desinfectando, ordenando e instruyéndose para lo que vendría en breve: la atención a un grupo de personas que figuraban como contactos de casos confirmados o con síntomas asociados a la enfermedad.

Jesús Antonio Díaz Hernández, profesor auxiliar del Departamento de Ciencias Aplicadas de la Facultad de Cultura Física fue una de esas caras anónimas que desde el primer momento supo que debía estar: “…tenía conocimiento de la trascendencia que representaría mi colaboración, ya el virus había entrado al país, yo consideraba necesario apoyar, pues podía haber sido uno de los positivos o sospechosos, y el saber que tendría personas apoyándome, me impulsó a enfrentarme a esa tarea”, expresó.

Durante la etapa en que mayor cantidad de casos hubo en la provincia, los trabajadores de nuestra casa realizaron labores de higienización, entregando alimentación, apoyando en la comunicación con las familias de las 170 personas que pasaron por dicho centro. Tras ese difícil momento por el que transitaba nuestra ciudad, ellos garantizaban las condiciones básicas e imprescindibles para una estancia agradable a pesar de la situación.

“En ocasiones trabajamos de 10 a 12 horas y muchas veces al llegar a la casa debíamos volver porque había un nuevo positivo y con él un grupo de contactos importante”, así manifestó Manuel Gradaille Martín, Subdirector de la Residencia Estudiantil de la sede “Conrado Benítez”; a pesar de ello comentó conmovido: “… lo más emocionante fue sentir el agradecimiento de las personas, después que terminábamos nos aplaudían, y eso nos dio la satisfacción de haber contribuido de alguna forma al control de esta situación en el país”.

El altruismo, la solidaridad, la entrega, son valores de estos tiempos, valores reconocidos por nuestra comunidad universitaria a todos los que dieron su apoyo en esta complicada situación en el territorio sureño.

También las autoridades de nuestra provincia hicieron llegar su felicitación. Nuestra casa de altos estudios recibió un reconocimiento especial, de manos de Lázara Barrera Suárez, Secretaria del SNTECD en Cienfuegos, en nombre del PCC, el Gobierno, y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Ciencia, la Educación y el Deporte (SNTECD).

Se congratuló así a los trabajadores del centro por la actitud asumida en tiempos de pandemia, esas personas que hacen que nuestra institución sea un centro de referencia en el país, no solo por sus logros profesionales, sino por la muestra más importante de sentimiento y humanidad que brindaron en estos meses para luchar contra un enemigo en común, y del que hoy felizmente sólo guardamos experiencias e historias.

Por: Yasmina Núñez Milanés

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