Abrir las puertas de las universidades a las em­presas, y viceversa, y for­talecer los vínculos entre ellas resulta una ganan­cia mutua. Por un lado, las instituciones de altos estudios encuentran te­rreno firme para explo­rar, estudiar, investigar y aportar, y las entidades suman a su gestión un apoyo de alto nivel cien­tífico que le permite opti­mizar procesos, afrontar problemas tecnológicos y hallar soluciones via­bles y sólidas a viejos y nuevos problemas, entre otros aspectos.

Como afirmó el Pre­sidente de la República Miguel Díaz-Canel Ber­múdez en el balance del Ministerio de Educación Superior correspondiente al pasado año y efectua­do en marzo del presen­te, con esa unión se logra algo que necesitábamos en el funcionamiento or­gánico del país.

Por ejemplo, la Uni­versidad de Cienfuegos (UCf) Carlos Rafael Ro­dríguez, según se dio a conocer en un medio local de comunicación, organi­za y gestiona la actividad científica a través de una cartera de proyectos de alta pertinencia, la ma­yoría de estos enfocados a solucionar problemas técnicos y organizativos de las industrias en esa provincia.

Han quedado esta­blecidos numerosos con­venios oficiales con las empresas, lo que favore­ce la retroalimentación continua entre la UCf y el sistema empresarial. Se han logrado ya aportes importantes y soluciones a partir de la innovación, sobre la base de un banco de problemas.

La Empresa Cons­tructora de Obras de Ar­quitectura (Ecoa) no. 37, de esa provincia, es una de las que tiene estable­cido un convenio con esa Universidad, el cual ha sido considerado muy ventajoso, y desarrollan en conjunto un proyec­to denominado Cons­truyendo conciencia e innovación empresarial en Cienfuegos. También ha permitido un acerca­miento de los estudiantes a las labores constructi­vas y de otras caracterís­ticas.

En un resumen so­bre el tema, elaborado por la doctora Odalys Medina Hernández, de­cana de la Facultad de Ciencias Sociales y la li­cenciada Idalkis Vázquez Hernández, especialista de Comunicación de esa entidad, perteneciente al Ministerio de la Cons­trucción, refieren que ese vínculo propicia el conocimiento y el me­joramiento tecnológico, los cuales, en todas sus modalidades desempe­ñan un papel decisivo en los procesos económicos y sociales, y de manera especial, en el trabajo en función del desarrollo y la gestión.

Esa relación se aprovecha al máximo y no está limitada sola­mente a la técnica y la innovación, pues man­tiene una mirada inter­disciplinaria, apuntan y agregan que el con­venio tiene como obje­tivos fundamentales el perfeccionamiento de la dinámica empresarial de la Ecoa no. 37 desde la investigación cientí­fica y la labor innova­dora para el desarrollo; capacitar a especialis­tas y trabajadores en la gestión de la documen­tación, comunicación empresarial, medio am­biente, energía y seguri­dad y salud del trabajo; y crear una sala para la gestión del patrimonio.

“Este proyecto ha sido de gran importan­cia para el cumplimien­to de nuestros objetivos y compromisos sociales, productivos y económi­cos, y ha contribuido a un significativo avance en el desarrollo de la ciencia, la técnica y la innovación”, afirmó la licenciada Idalkis.

En el XII Congreso Internacional de Edu­cación Superior (Uni­versidad 2020), efec­tuado del 10 al 14 de febrero en el Palacio de Convenciones, en La Habana, se informó que en el período 2019-2021, las universidades cubanas participan en proyectos vincula­dos a la construcción, el turismo, el sector electroenergético, la in­dustria biotecnológica, la producción de alimentos y los servicios profesio­nales en el exterior. Tam­bién se ejecutan acciones asociadas a garantizar la infraestructura en tele­comunicaciones, de re­des hidráulicas y del transporte.

Por: Ramón Barreras Ferrán

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