Marcos Javier Caballero González es egresado de la carrera Licenciatura Cultura Física de nuestra Universidad de Cienfuegos “Carlos Rafael Rodríguez”, dirigente estudiantil que atendió por tres años consecutivos la esfera del Deporte en el secretariado de la FEU del centro, y miembro de la Unión de Jóvenes Comunistas.

Cuando en el mes de marzo la pandemia se hizo sentir en la Isla, fue de los primeros en integrar el contingente estudiantil “Jóvenes por la Vida” que se creó en su municipio Cruces. En ese entonces sus tareas consistían en ayudar a personas vulnerables, haciéndoles más fácil el acceso a la canasta básica y a los medicamentos que consumían, siempre con responsabilidad, compromiso y cumpliendo las medidas sanitarias y de distanciamiento social. 

Hoy, es ese mismo muchacho, trabajador del Combinado Deportivo # 1 en Cruces, quien regresa satisfecho a su hogar con la alegría del deber cumplido, luego de ejercer como voluntario en la Zona Roja del Centro de Especialidades Ambulatorias (CEA) de Cienfuegos.   

¿Qué fue lo más difícil al asumir el reto de enfrentar la COVID-19, ahora desde un escenario mucho más peligroso como la Zona Roja?

Asumir el reto de hacerle frente a la COVID-19 es complicado en cualquiera de sus variantes y desde cualquier posición en las que nos encontremos. Para mí todo comenzó cuando una amiga me comentó que iba de voluntaria siete días para el CEA. A ella la llamaron para integrar el primer grupo de Valientes que estaría en la Zona Roja de la institución hospitalaria, y sin consultar o meditar los riesgos, me miró y me dijo: “tengo que dar el paso al frente, sí voy a entrar”.

Desde ese mismo momento me sentí mucho más orgulloso de ella y de otros cinco compañeros que de igual manera dieron el paso al frente (Marian, Randy, Edelvys, Jailer y Lisset), y con los que pude compartir múltiples tareas de la FEU en mi UCf, la eterna escuela de la vida.

Por ello tampoco pensé en un no como respuesta, di el sí, para integrar el cuarto grupo de jóvenes, porque si algo aprendí durante mis cinco años en la UCf, es que nunca se puede dudar ante las tareas que nos tocan como jóvenes cubanos.

A mí la Universidad me hizo más revolucionario y este es nuestro momento, nuestro Moncada y la Sierra de estos tiempos. Ya no es hora de esperar que mejore la situación, es hora de vestirse de batas blancas y de brindar todo el esfuerzo posible por la salud y el bienestar de nuestras familias y de la población en general.

En el CEA hay mucho que hacer, no solo es fumigar y limpiar, es apoyar emocionalmente y con buenas acciones a los que por días y semanas sueñan con el fin de la pandemia.

Convocar a esta tarea está de más, toda la ayuda que podamos dar siempre será bien recibida por el personal de la salud, y por esas personas que están con el temor y la incertidumbre diaria de si saldrán o no victoriosos de la enfermedad.

De solo caminar los pasillos del CEA y escuchar a alguien decir… “Gracias a los Valientes de la UJC”, eso te llena el alma y te hace no solo más humano, sino orgulloso de aquel sí que dijiste sin pensarlo dos veces.

Por: Solangel López Cruz

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