Saltar la suiza, jugar a las escondidas, practicar fútbol o baloncesto con las camisetas de las estrellas del momento, montar coreografías cual cantantes de K-pop, configuraban la cotidianidad de niños y adolescentes antes de marzo de 2020, cuando el SARS-Cov-2 irrumpió en nuestras vidas.

Ir y venir a la escuela, la merienda apurada antes de perderse en el barrio, serían rutinas radicalmente afectados por un confinamiento obligatorio como única medida para contener el contagio.

Aun así, varios menores enfermaron y no pocos fueron hospitalizados por breve tiempo en los centros de aislamiento de Cienfuegos, bien como sospechosos o como pacientes positivos al coronavirus. Y esa dinámica inesperada originó situaciones de estrés al interior de las familias.

¿Qué hacer para ayudar a aliviar el estrés? ¿Cómo lograr esparcimiento en medio de las medidas restrictivas? Estas y otras interrogantes rondaban los espacios de intercambio de varios profesores de la Universidad de Cienfuegos “Carlos Rafael Rodríguez” (UCf).

ESTÍMULO Y ACOMPAÑAMIENTO

«Realizamos una estancia como apoyo en el centro de aislamiento, y desde ese momento, entendimos que era necesario cambiar la percepción que los niños tienen del encierro», comenta vía telefónica la profesora MSc. Leticia del Carmen Torres Zerquera.

«Luego de la idea inicial le correspondió al Gabinete Psicopegagógico —del cual es la responsable—, en coordinación con la Cátedra Universitaria del Adulto Mayor, la concreción del proyecto, en el cual han participado estudiantes, profesores, familiares… de la carrera Pegogía-Psicología, sensibilizados por el valor de esta iniciativa», confirmó.

«Compartiendo la alegría», en un primer momento, reunió materiales didácticos, libros de cuentos y para colorear, juguetes, lápices, pelotas, temperas, adornos…, con el objetivo de completar valijas y donarlas a los diferentes centros de aislamiento: los de ambas sedes de la Universidad de Cienfuegos y el de la Escuela de Arte Benny Moré.

Además del valor de la solidaridad, «la oportunidad nos brindó la posibilidad de acompañar a los niños enfermos, sospechosos y a sus familiares, y al mismo tiempo, provocar la socialización de los estudiantes de 1er año de la carrera Pedagogía-Psicología», refiere la profesora principal del año MSc. Elizabeth Gradaille Ramas.

«Contactaron con docentes y cursillistas de la CUAM, fuente inagotable de conocimiento y bondad, a la vez que en la propia organización de la valija intencionamos algunos contenidos de la especialidad, como por ejemplo, las edades y su relación con los medios de aprendizaje», comenta más adelante.

ALIVIAR EL DOLOR

Angustia psicológica manifiesta en pesadillas, terrores nocturnos, miedo a salir a la calle o a que sus padres vuelvan al trabajo, se convierten en parte de las sensaciones generadas por los efectos de la pandemia.

«Estos materiales ayudarán a que la estancia de los menores y adolescentes allí sea lo menos dolorosa posible  —dice Selena Bereau Orozco a esta periodista—, pues a través de ellos lograrán un poco de distracción — continúa—, mientras enumera algunas de las sensaciones advertidas por su convivencia en estos espacios.

«Si la estancia en instituciones de salud es dura para los adultos, cómo lo será para los menores. Varios de ellos experimentan insomnio, irritabilidad y falta de concentración, algunas de las consecuencias tras haber vivido la Covid-19 de cerca. Sin contar las secuelas en la salud —comparte la estudiante de tercer año de Pedagogía-Psicología, de la Facultad de Educación de la Universidad de Cienfuegos—, y aprovecha el espacio para concienciar sobre la Consulta Multidisplinaria para convalecientes en el Hospital Pediátrico de Cienfuegos.

«Con la iniciativa ‘Compartiendo‘ buscamos aliviar los sentimientos de frustración y el aburrimiento, y al mismo tiempo propiciar el aprendizaje de esos muchachos», sostiene con seguridad.

EN LA NUBE

Distribuidas por edades y funcionalidad de cada uno de los objetos, los «profes» decidieron en un segundo momento extender su influencia educativa más allá de las valijas ya confeccionadas. La popularidad de lo virtual aparecía como espacio novedoso donde compartir el proyecto con un número mayor de padres y no solo los de los centros de aislamiento.

«Pensamos en recursos educativos útiles y necesitábamos una vía para la ayuda psicológica y didáctica de las familias. De la estabilidad de los padres depende el manejo de los hijos, por tanto les compartimos documentales, canciones, cuentos, adivinanzas e imágenes para descargar desde la nube (espacio virtual) de la Universidad de Cienfuegos», argumenta la profesora MSc. Leticia del Carmen.

«Además del link existe un código QR que compartiremos en diferentes espacios físicos, y que luego de escaneado te lleva a los materiales en línea, los cuales pueden ver, compartir o descargar».

Acciones tan cotidianas como los encuentros familiares o de amigos, las celebraciones de cumpleaños o graduación, y otros pretextos para juntarnos en grupos, debieron ser sustituidas por dinámicas sociales donde el distanciamiento se convirtió en el eje de nuestras existencias. La estancia en instituciones de salud genera cambios en nuestros modos de vida, y ello requiere acompañamiento, el cual llega desde la utilidad de una iniciativa de la Universidad de Cienfuegos, la cual articula satisfactoriamente alegría, esparcimiento y aprendizaje para toda la familia.

Por: Leyaní Díaz Hernández

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