Abrakadabra: una vida de música, sueños y valores.

“Empezamos con muchos sueños. Y el sacrifico y el esfuerzo constante permitieron materializar gran parte de ellos. Hoy día, Abrakadabra cuenta en su trayectoria con cinco nominaciones a los Premios Cubadisco, con el reconocimiento de la crítica y el público, con participaciones en certámenes de la talla del Encuentro Internacional de Artes para la Infancia Corazón Feliz y los festivales Teatrino y Escaramujo, en el último de los cuales obtuvimos el Gran Premio en 2017”, expresa el creador, al frente de la compañía desde 2008.

“No nos dormimos en los laureles—aclara—; el trabajo sigue igual de riguroso e intenso. Los cuarenta niños que integran en la actualidad la agrupación ensayan de lunes a viernes, de 5:30 p.m. a 8:00 p.m., con el propósito de mejorar cada día más. Mediante esa práctica y las presentaciones, también fomentamos en ellos la formación de valores a través del arte. Pertenecer a Abrakadabra significa tener un comportamiento ejemplar en la casa, la escuela y la comunidad”.

Cinco generaciones y cientos de muchachos atestiguan cuánto supuso en sus vidas el colectivo artístico. “Hemos tenido casos de jóvenes de 20 años que deseaban continuar (el rango de edad para integrar el grupo se halla entre los 6 y los 18 años); de otros que luego se unieron a la dirección; de antiguos integrantes, quienes trajeron a sus hijos a formar parte de la agrupación. Porque una vez la institución entra en sus vidas, luego los acompaña eternamente, como recuerdo de una niñez especial. Así me dicen los miembros de las distintas generaciones cuando los encuentro en algún sitio, o por redes sociales, desde cualquier parte del mundo”, manifiesta el músico cienfueguero.

Un proceso creativo diferente.

En este momento, Abrakadabra posee tres obras en activo (Peter Pan hacia Nunca Jamás; Así Soy: Otra historia de princesas; y El misterio de Fantasía), las cuales se caracterizan por la forma en la que fueron concebidas. “Lo clásico en este tipo de producciones —explica el artífice del proyecto— consiste en escribir primero el libreto y luego las canciones; pero aquí nos distingue e identifica el invertir el proceso. A partir de las canciones (musicalizadas porel propio Dustin), el equipo de dirección, junto al guionista César Alain González, se sienta a confeccionar la historia. Esta forma de trabajar hasta ahora solo arroja buenos frutos”. De cara al aniversario 19, y con el empleo de esta visión creativa, su intención es sumar al repertorio un nuevo espectáculo: El mago de Oz. “Aunque todo depende de que las entidades pertinentes le faciliten al grupo un presupuesto, pues por nuestra cuenta resulta imposible sufragar los gastos al completo”, afirma el entrevistado.

La importancia de la familia.

 “La compañía no para. Siempre pensamos en qué hacer, qué estrenar, cómo mejorar… Las 24 horas del día no alcanzan para todas las responsabilidades que debo cumplir”, sostiene el director del proyecto, quien además se desempeña como productor musical y es pianista en la agrupación Son del Sur, entre otras tareas. “Mi esposa —añade— tiene que llevar a nuestro hijo a los ensayos de Abrakadabra, y así poder pasar tiempo juntos”. El 2024 está de cerca de cumplirle al colectivo uno de sus anhelos históricos: tener un centro propio. “Está previsto que pronto el Gobierno nos entregue un local, al cual convertiremos en un lugar donde pueda respirarse el espíritu del grupo y donde los niños cienfuegueros vayan a hacer su arte.”

El otro gran sueño aún pendiente es el de emprender una gira internacional. Sobre su concreción, el artista refiere: “Todo depende de que se nos de la oportunidad. Ya hemos hecho giras municipales, provinciales, pronto nos embarcaremos en una nacional. Solo falta llevar nuestro trabajo fuera de las fronteras de Cuba. Ojalá y por los veinte años de creada la compañía, en 2025, se consiga. Sería una experiencia muy bonita para los niños que puedan conocer otras culturas y llevarles su labor a otros pueblos”. Cuanto logró, logra y logrará la agrupación descansa sobre la base de un pilar fundamental, y para el cual Dustin Polo solo tiene palabras de agradecimiento: la familia. “Nada sería posible sin los padres, los abuelos, los tíos… Son quienes nos acompañan en cada viaje, por muy lejano que sea; quienes están ahí para cualquier cosa que haga falta, sin importar las dificultades; y quienes, en sentido general, entregan lo mejor de sí a una causa tan bonita. Gracias a ellos es que existe Abrakadabra”, concluyó.

 

Tomado de Periódico 5 de Septiembre.

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